Uno de los pueblos que caracteristicamente son considerados paganos son los celtas, los cuales celebraban el Samhain, la festividad mas importante del período pagano en Europa hasta su conversión al cristianismo, en la que la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre servía como celebración del final de la temporada de cosechas en la cultura celta y era considerada como el «Año Nuevo Celta», que comenzaba con la estación oscura. Es tanto una fiesta de transición (el paso de un año a otro) como de apertura al otro mundo.
Sobre la religión de los druidas, no se sabe mucho, pues no hay escritos sobre ella; todo se transmitía oralmente de generación en generación. Sin embargo, sí se sabe que las festividades del Samhain se celebraban muy posiblemente entre el 5 de noviembre y el 7 de noviembre (a la mitad del equinoccio de otoño y el solsticio de invierno) con una serie de festividades que duraban una semana y finalizaban con la fiesta de «los espíritus», y así se iniciaba el año nuevo celta. Esta fiesta de los espíritus era una de sus fiestas principales, pues celebraban lo que para los cristianos sería el «cielo y la tierra» (conceptos que llegaron solo con el cristianismo). Para ellos, el lugar de los espíritus era un lugar de felicidad perfecta en la que no había hambre ni dolor. Los celtas celebraban esta fiesta con ritos en los cuales los sacerdotes druidas, sirviendo como «médiums», se comunicaban con sus antepasados, en espera de ser guiados en esta vida hacia la inmortal. Se dice que los «espíritus» de los ancestros llegaban en esa fecha a visitar sus antiguos hogares.